Mayo de 2005
A continuación os dejo una entrada que hiciese en 2008:
A estas dos fotos les separan tres años y dos meses: la de abajo, data del 18 de abril de 2005; la de arriba, la ha hecho David, mi hijo, esta mañana, 15 de junio de 2008. Se trata de un olmo, Ulmus minor. Estos árboles, en las últimas décadas, han sufrido el ataque de un hongo que les ha generado una enfermedad, la grafiosis, que ha mermado, vertiginosamente, el número de ejemplares en todo el mundo.
Cuando lo fotografié, por primera vez, lo hice para que no perdiésemos de vista su presencia. Al tratar de ubicarlo en el plano de Cehegín, me encontré con que, prácticamente, ocupaba el centro geométrico de nuestro pueblo: no podía ser de otro modo, un árbol con su nobleza bien merece tal ubicación. Está situado en las proximidades del Centro de Salud. De un mismo punto, parecen surgir hasta seis troncos, no dejando muy claro si se trata de seis especímenes, o uno dividido desde la base: más bien, parece un viejo olmo que se aferró a la vida con sus retoños. Sea como fuere, un ejemplar vivo, precioso, como lo es éste, de esta especie botánica, es todo un lujo para nuestro pueblo. Tres años después, me vuelvo a plantear la pregunta que entonces me hice, y que apareciese publicada en Todocehegin, junto a la primera de las fotografías (18-4-05): ¿Seremos capaces de conseguir que perdure en el tiempo?
Paradójicamente, ha sobrevivido al empuje imparable de las muchas edificaciones que lo van cercando. Estoy convencido de que, la cordura y la sensibilidad, harán el resto para que sigamos siendo dignos de contar con su majestuosa presencia, indefinidamente.
Vida y esperanza van siempre de la mano; la una y la otra, ocuparon buena parte de la obra de Antonio Machado. He aquí el homenaje que Machado le hiciese a nuestro querido olmo:
A un olmo seco
Cuando lo fotografié, por primera vez, lo hice para que no perdiésemos de vista su presencia. Al tratar de ubicarlo en el plano de Cehegín, me encontré con que, prácticamente, ocupaba el centro geométrico de nuestro pueblo: no podía ser de otro modo, un árbol con su nobleza bien merece tal ubicación. Está situado en las proximidades del Centro de Salud. De un mismo punto, parecen surgir hasta seis troncos, no dejando muy claro si se trata de seis especímenes, o uno dividido desde la base: más bien, parece un viejo olmo que se aferró a la vida con sus retoños. Sea como fuere, un ejemplar vivo, precioso, como lo es éste, de esta especie botánica, es todo un lujo para nuestro pueblo. Tres años después, me vuelvo a plantear la pregunta que entonces me hice, y que apareciese publicada en Todocehegin, junto a la primera de las fotografías (18-4-05): ¿Seremos capaces de conseguir que perdure en el tiempo?
Paradójicamente, ha sobrevivido al empuje imparable de las muchas edificaciones que lo van cercando. Estoy convencido de que, la cordura y la sensibilidad, harán el resto para que sigamos siendo dignos de contar con su majestuosa presencia, indefinidamente.
Vida y esperanza van siempre de la mano; la una y la otra, ocuparon buena parte de la obra de Antonio Machado. He aquí el homenaje que Machado le hiciese a nuestro querido olmo:
A un olmo seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado
Antonio Machado
ES CURIOSO QUE POR ESAS FECHAS YO TAMBIEN PUBLICASE EN EL NOROESTE UN ARTICULO SOBRE OTRO ARBOL CENTENARIO MUY PRÓXIMO A ESE OLMO, SE TRATA DE LA HIGUERA SITUADA MÁS ABAJO, CONOCIDA COMO LA DEL TIO FAMILIAS, Y EN AQUELLA RECREACIÓN ALUDIA A LOS VERSOS DE MACHADO Y A ESE OLMO...
ResponderEliminarSALUDOS.
AGN.
Recuerdo perfectamente tu precioso artículo sobre la higuera. Es más, mi interés por este olmo, se desata a raíz de ese artículo tuyo, por tanto, no me extraña que el subconsciente acudiera raudo para dar forma a lo que yo escribí. Por tanto, Antonio, hoy te manifiesto las gracias que no te manifesté entonces y, por ende, a mi propio subconsciente que supo echar mano de allí de donde manaba sensibilidad. Un abrazo.
ResponderEliminarhttps://docs.google.com/document/d/1oudxTQ3ybWkEaUrbWgogFZIvegyVxmqsw8PJZDTpzDA/edit (publicado en Todocehegín en Agosto de 2005)
ResponderEliminarAntonio, ese enlace, si copias y pegas en tu navegador, te lleva a tu artículo. En verdad, buena prueba de que nos seguimos mutuamente, es el hecho de que, en efecto, retroalimentamos nuestra inspiración.
Saludos.
https://docs.google.com/document/d/1NYjBidLuR9fy1kt4nm-f3IzayBb9bsWR-I2jSu4NK1g/edit
EliminarCreo que el anterior enlace al igual no era completamente eficaz, probemos con este.